domingo, marzo 26, 2017

¿Qué queda cuando no hay metas en la vida?

En mi opinión, la vida tiene 2 facetas, una superficial y una profunda. En la superficie se encuentran todas aquellas cosas que pertenecen a la dimensión de la forma: casas, carros, profesión, empleo, metas, familia, pareja, conflictos, enfermedades, sistemas de creencias, tendencias culturales, y muchas cosas mas, todas históricamente utilizadas para medir el éxito o fracaso de una persona a lo largo de su vida, determinando su felicidad o desgracia. Y en la faceta profunda se encuentra la dimensión de lo que no tiene forma, es decir, la consciencia, el Ser, el verdadero individuo que entiende que el éxito o el fracaso son ilusiones, que también entiende que la felicidad y la paz interior no dependen de perseguir una meta en el mundo de las formas, que sabe que la paz y la felicidad real debe ser buscada dentro, no afuera. 

La vida humana es una mezcla, un conjunto de ambas facetas, no se puede vivir separandolas, y por ello, nada de lo que se encuentra en la superficie va a desaparecer ni debería desaparecer, pero lo que si se puede hacer es aprender a que todo lo perteneciente al mundo de las formas, no es, en esencia, lo que nos dará la paz que todos buscamos. Lo que debe cambiar es el enfoque.

La faceta superficial de la vida es un juego, un acto en el que el rol individual que nos tocó, debe ser representado de la mejor manera posible, pero siempre será eso, un acto, un juego, un momento.

La faceta profunda de la vida, es el verdadero tesoro, es lo que realmente somos y nos define como seres vivos (aunque la inmensa mayoría de la gente no lo sabe), y entiende cómo lidiar con todo lo relacionado a lo superficial, sabe como jugar sin aburrirse o lamentarse ni sentirse desgraciado, y también sabe jugar sin sentirse exitoso, ganador, arrogante, poderoso o en la cima del mundo.

De cierto modo, cuando logras descubrir y permanecer en tu verdadero Ser, esa faceta superficial "desaparece". No significa que ya no esté, o que te conviertas en una especie de autómata o una persona vegetal, todo lo contrario, sino que "las cosas" ya no importan mas de la cuenta, ya no están en tu radar como "metas de vida", el éxito o fracaso en la superficie ya no nos hace felices o infelices, simplemente son cosas que están o no están, ni mas ni menos, ¿qué queda?, lo que queda es lo que la vida Es realmente: vitalidad en su máxima expresión, paz, amor, tranquilidad, aceptación, serenidad, lucidez, comprensión, compasión, creatividad, alegría, desapego.

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