sábado, junio 20, 2015

Monopolio.


Mi abuela fue una persona maravillosa, me enseñó a jugar al monopolio. Ella entendía que la esencia de la cuestión, era adquirir; acumulaba todo lo que podía y, finalmente, se convertía en ama del tablero. Y entonces, siempre me decía lo mismo, ella me miraba y me decía: "un día, aprenderás a jugar."

Un verano, jugué al monopolio casi todos los días, el día entero; y ese verano, aprendí a jugarlo. Y comprendí que la única manera de ganar, es tener una dedicación total a adquirir. Comprendí que el dinero y las posesiones, era la manera de ganar. Y al final de ese verano, ya era mas despiadado que mi abuela; de tener que hacerlo, estaba dispuesto a torcer las reglas para ganar ese juego. 

Y me senté con ella a jugar ese otoño. Tomé todo lo que ella tenía, la vi entregar hasta su último dolar y retirarse en total bancarrota. Y entonces, tuvo algo más que enseñarme; entonces ella dijo: "Ahora, todo va de vuelta a la caja. Todas esas casas y hoteles, todos los ferrocarriles y empresas de servicios públicos, todas las propiedades y todo ese dinero maravilloso. Ahora, todo eso vuelve a la caja. Nada de esto era realmente tuyo, te entusiasmaste mucho por un tiempo, pero esto estaba aquí mucho antes de que te sentaras a jugar, y seguirá aquí después que te hayas ido. Los jugadores vienen y van. Casas y automóviles, títulos y ropas, incluso tu cuerpo."

Porque el hecho es que, todo lo que adquiera, consuma y acumule, irá a parar nuevamente a la caja, y lo perderé todo. Así que debes preguntarte, cuando finalmente consigas el ascenso definitivo, cuando hayas hecho la adquisición definitiva, cuando compres la vivienda definitiva, cuando tengas suficiente seguridad financiera, y hayas subido la escala del éxito hasta el peldaño más alto que puedas alcanzar, y la emoción desaparezca - y desaparecerá -, ¿entonces qué?. ¿Cuánto tienes que caminar por esta senda antes que veas adónde conduce?

Seguramente comprendes que nunca será suficiente. Así que debes preguntarte lo siguiente: ¿qué es lo que importa?



...///...


¿Qué es lo que buscas?, ¿por qué corres tanto?. Ya tienes lo que persigues, lo que hay al final de toda esa carrera, ya lo posees, ya alcanzaste la meta, sólo que no te has dado cuenta. Hay mucho caos y no lo ves. Quédate en silencio, y cuando toda esa emoción desaparezca -y desaparecerá-, lo verás, te lo garantizo.

Siempre, siempre, al final tendrás lo que ya tenías cuando empezaste a jugar...


viernes, junio 05, 2015

Un día promedio, realizando un trámite público cualquiera: Copia certificada y legalizada del título universitario.

En estos días me encuentro realizando una serie de trámites necesarios para emigrar a otro país, las razones serán tema de otra entrada, la cual aún no he decidido realizar, por motivos que hoy no vienen al caso. Lo cierto es, que dentro de todo este desorden que significa recaudar todos los papeles que necesito para irme y comenzar una vida mejor en otro país, tuve la oportunidad de experimentar la odisea de realizar uno de los trámites mas pesados que me ha tocado, y he decidido documentarlo, ahí va.

Yo trabajo en un horario bastante flexible, lo que me permite dedicar bastante tiempo a estas actividades, ya que tengo varios días libres a la semana, uno de esos días fue este jueves pasado, 4 de junio. Planifiqué, para ese día, sacar la copia certificada de mi título universitario, y ademas la legalización de la misma, para hacerla válida para el exterior. Dicho documento se obtiene en un ente civil gubernamental clave del Estado, llamado Registro Principal, muy importante, cuya eficiencia es vital para el correcto flujo de las cientos de personas que lo visitan a diario, se encarga de almacenar datos en físico y de realizar diversos trámites importantes, tales como actas de nacimiento, registros de títulos universitarios, entre otros.

En el estado en donde vivo funciona así: sin previa cita, se atiende al usuario por orden de llegada. En la entrada hay una cartelera con información sobre los requisitos previos exigidos para cada trámite, con la finalidad de que el ciudadano acuda preparado y agilizar el proceso de cada gestión. 

Acudí al lugar con una semana de antelación para recaudar los requisitos con tiempo. Para mi trámite en cuestión sólo me pedían 2 fotocopias de mi título, el título original, cierta pequeña cantidad de dinero presentado en timbres fiscales, nada que representara gran gasto, y advertían que, aparte, el costo del documento era de 500bs, para entregarlo en 3 días hábiles, y si deseaba habilitarlo el mismo día, el costo era de 900bs., tampoco era mucho dinero en realidad, y para mi estaba bien justificado. 

Básicamente mi trámite consistía en recibir una planilla personalizada, especificando el trámite, luego cancelar, y pasarlo a otra oficina en donde recibirían los recaudos y me darían una fecha (3 días hábiles), para recoger el documento.

Acudí muy temprano, 06:00am, para llegar de las primeras, salir de eso temprano y aprovechar el resto del día. Al llegar noté que había que anotarse en un papel, para mantener un orden. Ya habían 21 personas delante de mi, bien, no me estresé, sobretodo porque después llegaron como 50 personas más, y ser la número 22, a esas alturas, era una ventaja. El lugar estaba cerrado, así que me senté a leer y a esperar. Abrieron a las 08:00am, bueno, al menos leí bastante. Pasamos al recinto, habían bastantes sillas, unas bajo techo, otras bajo un árbol, obviamente me senté debajo del árbol. Leí un papel pegado al lado de la cartelera que decía: "Todos aquellos que consignarán documentos para el exterior, informarle al funcionario que lo atienda'', y por curiosidad, y para estar bien segura que tenía todo lo necesario, volví a leer los requisitos en la cartelera informativa, me llevé la primera sorpresa desagradable del día, habían aumentado el pago de 500bs. a 1248bs, sin previo aviso, y en menos de 1 semana. Me pareció un abuso, pero con la inflación como va no me resultó descabellado, pensé que no era tanto problema porque por suerte en mi cuenta tenía algo más que esa cantidad, y pagaría con mi tarjeta de débito, tal como lo había hecho anteriormente en otro trámite que realicé allí mismo hacía poco mas de 2 años. El asunto que yo ignoraba era que allí, en ese preciso momento, fue cuando comenzó el verdadero tormento, sólo que yo aún no lo sabía.

Al poco rato salió un senor bastante mayor, y comenzó a hablar en tono molesto, no entendía por qué apenas a esa hora de la manana ya ese senor estaba enojado. Gritó: "de este lado, todos los que traen títulos, aquí todos los que traen actas de nacimiento, y de este lado todos los que se van al exterior, y como dijo mi ex presidente: que se vayan, pero que no vuelvan! Si hicieron lista, no es mi problema, ustedes verán como van a entrar''. Me pareció inapropiado, unas personas se enojaron, pero a mi la verdad me dio risa.

Nos organizamos, y fuimos pasando. Una sra. me preguntó qué trámite iba a hacer y le dije: copia certificada del título y legalización de la misma. Me pidió cédula y mostrar el título original. Acto seguido me entrega una planilla y me dice: ''debe cancelar mostrando esta planilla y luego pasar con el funcionario de aquella mesa''. Me dirijo a la caja a cancelar, saco mi tarjeta de débito y el cajero me dice: ''lo siento, no tenemos punto de venta, está dañado hace 2 años, y no aceptamos dinero en efectivo, debe dirigirse a cualquiera de los bancos de esta lista y volver con el recibo de pago, cancelará mostrando esta planilla''. Ignoré mi indignación y le pregunté si no había que hacer nada mas aparte de eso, y dijo que no.

Por suerte ese día yo andaba con  mi madre, en su vehículo, así que pensé: ''esto será rápido, iré a tal banco, que sé que casi siempre no está lleno de gente, porque está lejos''. Ya eran aproximadamente las 09:00 am, y nos fuimos al banco en cuestión, pero estaba cerrado, y dijeron que abrían a las 11:00 am, no entendí por qué un banco decidía abrir tan tarde, en fin. 

Nos fuimos a otro de los bancos de la lista, cabe decir, un banco del estado, por lo que pensé que allí no habría ningún problema, al llegar había una pequeña fila para tomar un número para ser atendido, es decir, una fila para hacer otra fila. El vigilante del banco se acerca y nos dijo algo que nos fue imposible entender ya que estaba comiendo algo y nos habló con la boca llena, le digo: ''disculpe, no lo entiendo'', y repite lo mismo, inentendible, comiendo, pero haciendo senas con los brazos. Le pregunto al caballero de adelante: ''¿qué dice el señor? ¿usted lo entiende?'', y obviamente tampoco entendía. Después de repetirme los mismo como 3 veces, intuí que debía esperar a que se despejara el lugar para poder tomar el número. El vigilante nos hizo esperar aproximadamente 20 minutos. Al pasar, no esperé mucho, fui a la caja y le informo al cajero que venía a pagar el impuesto del SAREN (ente al cual está subordinado el Registro Principal, que se encarga de los cobros, entre otras cosas), para lo que el cajero me dice: ''nosotros no trabajamos ya con el SAREN'', lo que me pareció una locura, ya que el banco es del gobierno, al igual que el SAREN. En este punto me molesté un poco, ya que deberían haber quitado ese banco de la lista.

Nos fuimos a otro banco de la lista, el más cercano. Al llegar mi mamá se metió en la fila, pero esta vez decidí preguntar al cajero de antemano, y este, al igual que el anterior, me dijo que no trabajaban con el SAREN. Bueno, al menos no me tomó de sorpresa esta vez. Finalmente terminé yendo al banco el cual estaba eludiendo desde el principio, por tratarse de otro gubernamental, muy malo, que siempre tiene mucha gente. Al llegar noté que habían ya varias personas que estaban en el Registro anteriormente conmigo. Con eso entendí que allí si aceptaban los pagos. De igual modo fui a preguntar al cajero, y este me dijo que si, que lo aceptaban. La fila estaba regular, 20 personas aproximadamente. Previamente ya había sacado dinero de un cajero automático, así que llevaba lo justo y aún no era tarde, eran mas o menos las 10:30am, aún era buen tiempo. Al llegar a la caja, la mujer que atendía me dice: "deme el original y las copias", ¿cuales copias!?, dije yo... Resulta que había que sacar 3 fotocopias de la bendita planilla, pero nadie me lo informó. Fui a sacar las copias a un lugar cercano y volví, por suerte la gente de la fila fue amable y me dejaron pasar sin tener que hacerla de nuevo. Procedo a cancelar, le doy los 1248bs y me dice: "faltan 300bs". Allí no se me salió un poco la clase, e injustamente le levanté la voz a la cajera: "¿300bs de qué!? ¿otro aumento!?", y me dijo que la legalización costaba 300bs aparte, y que eso me lo debieron informar en el registro. Como no era su culpa, le ofrecí una disculpa y traté de justificar mi actitud, en fin, mi mamá me prestó lo que me faltaba, y cancelé.

Regresé al Registro. Expliqué mi estatus a un funcionario que estaba sentado para dar información, y me señaló lo que seguía: "haga fila en aquel lugar, y le entrega los papeles a aquel funcionario". Así lo hice, pero antes de continuar, y como ya me habían pasado tantas cosas, le pregunté al funcionario en cuestión que si estaba en la fila correcta y le expliqué lo que venía a hacer. El hombre me contestó, un poco de mala gana: "todos deben hacer esta fila! estoy muy ocupado, pronto será atendida!". Acto seguido, el hombre se levantó y nos informó que se iba a ir a almorzar, que regresaba en 1 hora, y que no habían suplentes, que si queríamos nos íbamos a comer o podíamos esperar allí. Allí yo ya tenía ganas de llorar, pero resolví quedarme porque muchos de la fila se fueron, así que quedé de tercera, y ademas me tomaría mas de una hora en ir y volver.

A la hora exactamente el funcionario público regresó, cosa que a esas alturas ya me resultaba utópico. Nos comenzó a atender, y cuando fue mi turno, me pide los papeles, los revisa y me dice: "este trámite no es por aquí, es por aquella oficina, debe esperar a la señora fulana de tal que viene dentro de 1 hora". Yo en realidad estuve a punto de convertirme en criminal, tuve deseos de asesinar a ese hombre... Como dato extra, y para hacer más entendible mi frustración, diré que, la fulana señora que debía esperar, estaba en su oficina hacía 1 hora, cuando yo llegué allí y me mal ubicaron en esa estúpida fila.

Me fui a esperarla, y por suerte había donde sentarse. Allí me relajé un poco porque me puse a conversar con 3 personas que también andaban en trámites para emigrar, y que ya habían pasado una y otra vez por todas estas desgracias administrativas. Pude hacer catarsis y drenar un poco mi frustración hablando con ellos acerca del mal servicio de todos los entes gubernamentales, y demás situaciones que nos hicieron tomar la difícil decisión de irnos de este país.

La señora se dio el lujo de llegar a las 2:30 de la tarde. Con su estomago lleno de almuerzo, postre y cafecito, y tal vez una siestecita reparadora, supongo, porque de haber hecho menos, hubiese llegado mas temprano. Como yo era la primera, me atendió relativamente rápido. Yo, aún con mi inocencia intacta, pensaba que ya acabaría la odisea, pero me equivocaba. Me pide los documentos, se los doy y dice: "¿y el papel sellado?"... Bendito sea el creador, los 7 cielos, y la barba de Merlín... "¿cuál papel sellado!!?? (%$&!!@¿*!)". Había que anexar un par de papeles especiales que por suerte vendía una señorita allí mismo. Compré los benditos papeles, le entrego todo a la señora dormilona, y me dijo, finalmente: "venga dentro de 3 días hábiles a retirar sus documentos".

Un procedimiento que no debió tomar mas de 15 minutos, a mi me tomó 9 horas. Yo aun conservo mi inocencia y mi fe en la humanidad, a pesar de todo, porque de verdad sigo pensando que me darán ese documento el día acordado.

Y esta situación se repite con todo, todo lo demás aquí en este país en el que tuve la mala suerte de nacer. Esta es una de las muchísimas cosas que me hicieron querer salir corriendo de aquí lo antes posible.