jueves, octubre 27, 2016

Lucidez espiritual: el único camino.

Justo ahora siento una enorme tranquilidad, como si tuviera la certeza de que nada va a ir mal, y que todo va a salir bien. Es tan extraño.

Ayer creía en realidad que iba a morir. Hoy, tengo exactamente los mismos síntomas que ayer, pero con otra visión, con otro sentir, con menos trascendencia. Sé que este hermoso momento no durará para siempre, (pero, ¿quiero que dure para siempre?), sé que volveré a sentirme a morir, pero también sé que volveré a sentirme en total paz otra vez, y luego mal, y luego bien... 

No quiero sentirme así de bien para siempre, si no, ¡qué aburrida sería la vida!. Pero lo que sí quiero que perdure es esta lucidez mental y espiritual que tengo ahora, esa consciencia es lo único que debe permanecer, es lo único compatible con la luz y con la oscuridad. 

Voy a trabajar en ello, no me importa nada más en la existencia. Nada, absolutamente nada es mas importante, incluso la vida misma depende de una consciencia centrada, de un espíritu lúcido. Todos los demás aspectos de la vida (y la muerte), dependen de ello.

Estoy segura, muy convencida de que alcanzando un estado permanente de lucidez espiritual, estos altibajos, que hoy son tan pronunciados, se irán aplanando cada vez mas; esa montaña rusa tan extrema que es mi vida, llegaría a convertirse en un paseo con subidas y bajadas mas parecidas a pequeñas lomas que a montañas, menos mortales en su profundidad, y también menos eufóricas en sus cimas. La euforia que nace de la felicidad extrema es adictiva, pero no es lo que busco, ya que viene acompañada de caídas muy aparatosas. Lo que busco es simplemente el equilibrio, en el cual no hay euforia, ni tampoco depresión, solo hay belleza, amor y un estado sublime del ser.