jueves, octubre 27, 2016

Lucidez espiritual: el único camino.

Justo ahora siento una enorme tranquilidad, como si tuviera la certeza de que nada va a ir mal, y que todo va a salir bien. Es tan extraño.

Ayer creía en realidad que iba a morir. Hoy, tengo exactamente los mismos síntomas que ayer, pero con otra visión, con otro sentir, con menos trascendencia. Sé que este hermoso momento no durará para siempre, (pero, ¿quiero que dure para siempre?), sé que volveré a sentirme a morir, pero también sé que volveré a sentirme en total paz otra vez, y luego mal, y luego bien... 

No quiero sentirme así de bien para siempre, si no, ¡qué aburrida sería la vida!. Pero lo que sí quiero que perdure es esta lucidez mental y espiritual que tengo ahora, esa consciencia es lo único que debe permanecer, es lo único compatible con la luz y con la oscuridad. 

Voy a trabajar en ello, no me importa nada más en la existencia. Nada, absolutamente nada es mas importante, incluso la vida misma depende de una consciencia centrada, de un espíritu lúcido. Todos los demás aspectos de la vida (y la muerte), dependen de ello.

Estoy segura, muy convencida de que alcanzando un estado permanente de lucidez espiritual, estos altibajos, que hoy son tan pronunciados, se irán aplanando cada vez mas; esa montaña rusa tan extrema que es mi vida, llegaría a convertirse en un paseo con subidas y bajadas mas parecidas a pequeñas lomas que a montañas, menos mortales en su profundidad, y también menos eufóricas en sus cimas. La euforia que nace de la felicidad extrema es adictiva, pero no es lo que busco, ya que viene acompañada de caídas muy aparatosas. Lo que busco es simplemente el equilibrio, en el cual no hay euforia, ni tampoco depresión, solo hay belleza, amor y un estado sublime del ser.

lunes, agosto 08, 2016

Así es vivir con un desorden de ansiedad





Vivir con un desorden de ansiedad no es divertido para nadie, y la mayoría de las personas no entienden lo que significa ser alguien que sufre de uno.


Me gustaría dar un poco de luz respecto a este tema, para aquellos de ustedes quienes no entienden cómo es esta enfermedad:

Sin ninguna advertencia, un mal día, una preocupación comienza a crecer dentro de ti, y empiezas a sentir que algo no anda bien. Puede que las cosas marchen perfectamente, pero tu mente, de alguna manera, se convencerá a sí misma de lo contrario, te dirá que tu vida está a punto de derrumbarse, y entonces allí se agrega un poco de miedo a la mezcla. En un minuto, te ves consumido, abrumado, aterrado por una preocupación específica, y al minuto siguiente, la preocupación cambia, ahora te obsesionas con un problema completamente diferente, pero igualmente mortal. Tu mente está constantemente yendo y viniendo de una preocupación a otra, nadando en ellas, y te convencerá de que las cosas son peores de lo que realmente son. La mente es muy eficiente en ello.

Mientras todo esto está ocurriendo en tu mente, tú estás intentando con todas tus fuerzas mantenerte en calma y simplemente "relajarte", como te sugieren tus amigos y familiares... pero es imposible. Entonces viene, sin invitación alguna, la depresión, y se instala sin permiso. La depresión te hace querer ser diferente, otra persona que no sea tan irracional y esté tan loca todo el tiempo. Miras a los demás en su mundo sin-depresión, y te hace sentir que eres una persona condenada a sufrir de algo que nadie entiende ni quiere entender, algo con lo que nadie quiere lidiar, y esa es la peor parte, porque te lleva a decidir alejarte de los demás, a aislarte y apartarte del mundo social; solo basta con tu amargura, no quieres impregnar a los demás en ella. Todo esto crea una fuerte barrera separándote a ti y tu enfermedad del resto del mundo, y de pronto te encuentras solo, y esa soledad da mucho miedo. Estás muy aterrado para hablar con tus seres queridos y expresarles lo que realmente necesitas y esperas de ellos, y eso te hace sentir aún peor, pero simplemente es algo que no puedes evitar.

La parte mas difícil es tratar de encontrar paz en la etapa de la depresión. La mayoría de las veces, la depresión se transforma en preocupaciones y miedos nuevamente, que regularmente vienen de noche, cuando todos duermen, mientras tú te mantienes toda la noche despierto, con miedo, pensando, atrapado en tu mente. Y luego, como has pasado toda la noche preocupándote, en vez de dormir, pasas el día muy irritable, lo que hace que las personas eviten estar cerca de ti. Evitación, falta de sueño, preocupaciones, miedos, ansiedad: y una vez mas viene la depresión a instalarse. Pronto aprendes a identificar el círculo vicioso. Es una agotadora guerra contigo mismo que al parecer nunca puede ser ganada.

Hay algo que todo el mundo debe saber acerca de los desórdenes de ansiedad: una vez que se presentan, no puedes controlarlos de forma voluntaria.


No, tener un desorden de ansiedad no significa que estás loco, y lo último que necesitas oír de las personas es que te digan que estás actuando como un demente. Es un hecho que tú estás bien consciente de cuan "loco" te ves en esos momentos, y cuando la gente te dice esas cosas, sólo logra que tu condición empeore.

La ansiedad muchas veces viene en los momentos mas inconvenientes, y cuando lo hace, tú solo necesitas tres cosas: comprensión, paciencia y apoyo. Eventualmente el ataque pasará, y volverás a ser tú mismo, el de antes, el de siempre.

Lo que las personas con desorden de ansiedad realmente queremos que entiendas, es que estamos en el mismo equipo: tú y yo, en contra de la enfermedad. Nosotros la odiamos tanto como tú, y te aseguro que incluso más.

¿Qué es lo mejor que puedes hacer cuando estamos teniendo un ataque?: escucha. Necesitamos que sepas que habrá momentos en que necesitamos que te quedes cerca, y momentos en que necesitamos estar solos. Y si, algunas veces, las personas que más amamos son precisamente quienes gatillan algún ataque; no lo tomes como algo personal, los ataques de ansiedad no siguen ninguna lógica ni obedecen a ningún razonamiento. Sea lo que sea que hagas, por favor no nos pidas que nos "calmemos", ni nos digas que estamos "exagerando", o que "preocupándonos no vamos a lograr que las cosas mejoren", si con una palabra o un razonamiento pudiéramos accionar un interruptor y desaparecer las preocupaciones, ¿no crees que ya lo habríamos hecho?.

Cuando alguien que amas está experimentando un ataque de ansiedad, trata de preguntarle qué es lo que necesita de ti en ese momento, que la persona sienta que realmente te importa y que deseas entenderlo y ayudarlo, y que harás lo que te pida sin enojarte. No te pongas en un plano lógico, no te coloques detrás de esa barrera racional porque solo harás que la persona incremente su ansiedad sintiendo que estás luchando contra ella y no intentando estar de su lado. En la mayoría de los casos, la persona con ansiedad sabe lo que quiere de ti, pero tiene mucho miedo o vergüenza de pedirlo. Por ejemplo, cuando yo tengo un ataque de ansiedad, a veces solo quiero pedir "abrázame en silencio", o "dime que pase lo que pase, tú vas a ayudarme" o dependiendo del temor, queremos pedir que, de cierta manera, redundes describiéndonos lo que ya sabemos: "dime de qué color ves mis dedos", obviamente los veo igual que tú, pero necesito que me lo digas. Son situaciones vergonzosas de pedir, porque nos hacen parecer mas "locos", pero créeme que ayudan.

Mantente tranquilo en la situación, no te enojes, incluso si la persona no te responde nada y sólo quiere oírte decirle que todo está bien. Trata de entender la enfermedad y entenderás mejor por lo que él o ella está pasando. Todo desorden de ansiedad es diferente, pero entender que la persona no tiene el control de su mente en ese momento, y estar muy cerca de él o ella en esos momentos, puede ser muy terapéutico. 

Recuerda: cuanto peor se sientan, cuanto mas "locos" parezcan, es cuando más te necesitan.



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La ansiedad con miedo y el miedo con ansiedad contribuyen a robarle al ser humano sus cualidades más esenciales, una de ellas es la reflexión.


Konrad Lorenz


- ¿Qué vamos a hacer!? - preguntó con ansiedad.
- Nos quieren liquidar - respondió Bond con calma. - así que debemos mantenernos con vida.

Ian Fleming


Traducudo y editado por Verónica.

sábado, mayo 14, 2016

La felicidad.

No existe tal cosa llamada "sueño". Eso que persigues con esfuerzo, y que una vez lo alcanzas, eres inmensamente feliz, como por arte de magia. No, la vida no funciona así. La felicidad no te llega, no la encuentras, no es algo que venga de algún lugar y llene tu vida. No importa si alcanzas eso que llamabas "sueño", si no aprendes a ser feliz aquí hoy, no podrás ser feliz allá mañana.

Si estás pensando que la vida te trata mal y que mañana será mejor porque vas a alcanzar esa meta por la que tanto haz luchado, déjame decirte que estás cometiendo un error, y lo mas probable es que cuando alcances el gran sueño anhelado, tus expectativas de felicidad hayan sido tan diferentes de la realidad, que al primer tropiezo (y lo vas a tener), creerás que fracasaste, porque no estabas preparado.

No busques la dicha en un sueño. No inviertas tu felicidad en algo que aún no llega, porque las cosas nunca son como las imaginamos, las cosas simplemente son, y nadie puede controlar lo que será.

Mi consejo es que deposites toda tu felicidad en lo que sea que estés haciendo ahora. Lo que te hará feliz mañana no existe, no importa. Al buscar la felicidad en ese algo o alguien, no sólo estás perdiendo el tiempo, estás además poniéndote en una posición muy vulnerable que mas tarde o mas temprano traerá frustración y sensación de fracaso.

La felicidad no está allá, en el mañana, no está afuera esperando de manera estática a ser encontrada y poseída. La felicidad está aquí, en este segundo, atrapada dentro de ti esperando a ser liberada, para fluir dinámicamente como fluye el agua de una fuente.

La felicidad no es una meta, es una decisión diaria. Y esto siempre sonará a cliché hasta que realmente lo experimentes.