sábado, mayo 14, 2016

La felicidad.

No existe tal cosa llamada "sueño". Eso que persigues con esfuerzo, y que una vez lo alcanzas, eres inmensamente feliz, como por arte de magia. No, la vida no funciona así. La felicidad no te llega, no la encuentras, no es algo que venga de algún lugar y llene tu vida. No importa si alcanzas eso que llamabas "sueño", si no aprendes a ser feliz aquí hoy, no podrás ser feliz allá mañana.

Si estás pensando que la vida te trata mal y que mañana será mejor porque vas a alcanzar esa meta por la que tanto haz luchado, déjame decirte que estás cometiendo un error, y lo mas probable es que cuando alcances el gran sueño anhelado, tus expectativas de felicidad hayan sido tan diferentes de la realidad, que al primer tropiezo (y lo vas a tener), creerás que fracasaste, porque no estabas preparado.

No busques la dicha en un sueño. No inviertas tu felicidad en algo que aún no llega, porque las cosas nunca son como las imaginamos, las cosas simplemente son, y nadie puede controlar lo que será.

Mi consejo es que deposites toda tu felicidad en lo que sea que estés haciendo ahora. Lo que te hará feliz mañana no existe, no importa. Al buscar la felicidad en ese algo o alguien, no sólo estás perdiendo el tiempo, estás además poniéndote en una posición muy vulnerable que mas tarde o mas temprano traerá frustración y sensación de fracaso.

La felicidad no está allá, en el mañana, no está afuera esperando de manera estática a ser encontrada y poseída. La felicidad está aquí, en este segundo, atrapada dentro de ti esperando a ser liberada, para fluir dinámicamente como fluye el agua de una fuente.

La felicidad no es una meta, es una decisión diaria. Y esto siempre sonará a cliché hasta que realmente lo experimentes.

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